Foto: Agencia AICA |
El aborto, dijo a AICA el presidente de la CEA, es la supresión de una vida inocente, y no existe ningún motivo ni razón que justifique la eliminación de una vida inocente, ni siquiera en el caso lamentable y triste de una violación.
Fuente: Agencia AICA
Las consideraciones morales de los Popes de la Iglesia Católica no se hicieron esperar. Encaramándose en el Púlpito y a despecho del martirio psíquico y físico que atraviesa una chica de 15 años violada por su padrastro y cualquiera otra mujer en situación similar, yendo en contra incluso, de la opinión de sectores de la grey católica y de casi toda la sociedad laica embistieron a la Corte Suprema y a su fallo en favor de las víctimas de violaciones que otorga un ansiado marco jurídico de protección a las mismas determinando que no es punible el aborto en esas particulares y terribles situaciones, mas allá de si la mujer violentada es insana o no lo es.
Aparecen las jerarquías eclesiásticas, merced a esta actitud, adheridos a los fundamentalistas católicos que se arrogan el derecho a pensar y decidir por otros y que con sus argumentos favorecen a los violadores colocando "a la buena de Dios" a las víctimas de la violencia sexual que en su mayoría resultan menores y pobres.
Claro que nunca salieron a cruzar a los Violadores de la Dictadura Militar apropiadora de personas ni al sacerdote violador Grassi, ni a otros pedófilos "Derechos, Humanos y Cristianos".
Esconden asimismo que su aparente defensa de la Vida no es otra cosa que un reflejo de protección de sus privilegios en la sociedad y un intento por no perder pisada en la carrera dentro de la Iglesia Católica por acceder a puestos de mayor influencia tanto en el País, como en el Vaticano.
Nuestro más enérgico repudio para con estos personajes que buscan marcar el rumbo de la sociedad y arrastrarla a las tinieblas del pasado.
Impecable fallo de la Corte Suprema de la Nación que pone blanco sobre negro afirmando el campo de la autodeterminación de las mujeres y demandando de jueces y sistemas de salud, incluido el propio Estado, la responsabilidad que corresponde frente al cumplimiento de la Ley.
Gustavo Ronsino
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