viernes, 25 de mayo de 2012

20 RAZONES PARA DECIR NO A LA MEGAMINERIA A CIELO ABIERTO


1.- Devastación de la superficie, la minería a cielo abierto modifica severamente la morfología del terreno, apila y deja al descubierto grandes cantidades de material estéril, produce la destrucción de áreas cultivadas y de otros patrimonios superficiales, puede alterar cursos de aguas y formar grandes lagunas para el material descartado, las que son contaminadas por los residuos propios de la explotación.

2.- La minería a cielo abierto transforma en forma radical e irreparable el entorno donde la misma se desarrolla, dado a que el mismo pierde su posible atracción escénica y se ve afectado por el intenso ruido producido en las distintas operaciones de gran envergadura que se desarrollan, como, por ejemplo, la voladura, trituración y en la molienda del mineral, la generación y el transporte de energía, el transporte y en la carga y descarga de minerales y de material estéril sobrante de la mina y de la planta de procesamiento.




3.- La minería a cielo abierto trae aparejada la contaminación del aire, el que se suele llenar de impurezas sólidas, por ejemplo polvo y combustibles tóxicos o inertes, capaces de penetrar hasta los pulmones, provenientes de diversas fases del proceso. También puede contaminarse el aire con vapores o gases de cianuros, mercurio, dióxido de azufre contenidos en gases residuales, procesos de combustión incompleta o emanaciones de charcos o lagunas de aguas no circulantes con materia orgánica en descomposición.

4.- La minería a cielo abierto afecta las aguas superficiales dado a que los residuos sólidos finos provenientes del área de explotación pueden dar lugar a una elevación de la capa de sedimentos en los ríos de la zona. Diques y lagunas de oxidación mal construidas o mal mantenidos, o inadecuado manejo, almacenamiento o transporte de insumos (como combustibles, lubricantes, reactivos químicos y residuos líquidos) pueden conducir a la contaminación de las aguas superficiales, poniendo en riesgo la salud de los habitantes y la flora y fauna de la región.

5.- La minería a cielo abierto afecta las aguas subterráneas o freáticas, que suelen verse contaminadas con el aceite y los combustibles usados en las maquinarias, con reactivos, con sales minerales provenientes de las pilas o botaderos de productos sólidos residuales de los procesos de tratamiento, así como también aguas de lluvia contaminadas con contenidos de dichos botaderos, o aguas provenientes de pilas o diques de colas, o aguas de proceso contaminadas, pueden llegar a las aguas subterráneas. Además, puede haber un descenso en los niveles de estas aguas subterráneas cuando son fuente de abastecimiento de agua fresca para operaciones de tratamiento de minerales, lo que pone en riesgo la subsistencia y el desarrollo de las actividades de los habitantes de la región.

6.- La minería a cielo abierto afecta los suelos dado a que conlleva a la eliminación del suelo en el área de explotación, y produce un desecamiento del suelo en la zona circundante, así como una disminución del rendimiento agrícola y agropecuario. También suele provocar hundimientos y la formación de pantanos en caso de que el nivel de las aguas subterráneas vuelva a subir. Además, provoca la inhabilitación de suelos por apilamiento de material sobrante y residual de la explotación.

7.- La minería a cielo abierto impacta sobre la flora del lugar dado a que conlleva a la eliminación de la vegetación en el área de las operaciones mineras, así como una destrucción parcial o una modificación de la flora en el área circunvecina, debido a la alteración del nivel freático. También puede provocar una presión sobre los bosques existentes en el área, que pueden verse destruidos por el proceso de explotación o la lluvia ácida.

8.- La minería a cielo abierto impacta sobre la fauna al verse perturbada y/o ahuyentada por el ruido y la contaminación del aire y del agua, la elevación del nivel de sedimentos en los ríos. Además, la erosión de los amontonamientos de residuos estériles puede afectar particularmente la vida acuática. Puede darse también envenenamiento por reactivos residuales contenidos en aguas provenientes de la zona de explotación.

9.- La minería a cielo abierto impacta sobre las poblaciones, llevando a conflictos por derechos de utilización de la tierra, dando lugar al surgimiento descontrolado de asentamientos humanos ocasionando una problemática social y destruyendo áreas de potencial turístico. Puede provocar una disminución en el rendimiento de las labores de pescadores y agricultores debido a envenenamiento y cambios en el curso de los ríos debido a la elevación de nivel por sedimentación. Por otra parte, puede provocar un impacto económico negativo por el desplazamiento de otras actividades económicas locales actuales y /o futuras.

10.- La minería a cielo abierto suele provocar cambios en el microclima en el microclima de la región y puede provocar una multiplicación de agentes patógenos en charcos y áreas cubiertas por aguas estancadas.

11.- La minería a cielo abierto provoca un impacto escénico posterior a la explotación al dejar profundos cráteres en el paisaje. Su eliminación puede necesitar de costos tan elevados que puedan impedir la explotación misma.

12.- Dada la alta toxicidad y reactividad de muchos de los reactivos utilizados para el procesamiento del mineral en las minas a cielo abierto, tal como resulta ser para el caso del cianuro, resulta innegable los gravísimos efectos que dichos elementos pueden tener sobre los peces, la vida silvestre en general y los humanos.

13.- La utilización de reactivos tóxicos puede afectar irreparablemente los hábitats de la vida silvestre y las cuencas hidrográficas, y pueden redundar en una multitud de riesgos para la salud y el ambiente. Estos impactos pueden manifestarse durante varias fases de la operación.

14.- Los estanques contaminados con reactivos tóxicos, lamentablemente, seducen a la vida silvestre. Ha sido registrada frecuentemente la muerte de animales silvestres, en especial aves, atraídos por el señuelo de los espejos de agua de esos estanques. La extensión generalizada de la mortalidad de animales silvestres en las instalaciones que utilizan dicho proceso ha provocado la preocupación del Servicio de Vida Silvestre y Pesquerías de los Estados Unidos, a pesar de que existen técnicas para evitar la muerte de animales silvestres, por ejemplo cercas y redes que cubren las plataformas de lixiviación y los embalses de almacenamiento, para impedir que las aves y los mamíferos entren en contacto con la solución venenosa.

15.- La utilización de reactivos tóxicos puede tornar imposible la reconsturcción y recomposición ecológica de las zonas afectadas por la explotación minera a cielo abierto.

16.- Si no se enjuaga totalmente el mineral usado y la roca de desecho, o si se le deja sin tratar, el cianuro puede seguir filtrándose al medio ambiente. Tanto el cianuro como los metales pesados liberados por él (entre ellos se encuentran arsénico, antimonio, cadmio, cromo, plomo, níquel, selenio, talio) y otras sustancias tóxicas que se encuentran en el cúmulo y los lixiviados (por ejemplo sulfuros), son una amenaza para las quebradas, ríos o lagos, para las fuentes subterráneas de agua y para los peces, la vida silvestre y a las plantas (Tal como lo señalara un prestigioso experto en la materia, Hartley, en 1995).

17.- La explotación minera a cielo abierto conlleva a que exista el riesgo de que las membranas o el material aislante colocado debajo de los cúmulos y los estanques donde reposa el mineral se resquebraje produciéndose filtraciones de material tóxico debido a un diseño inadecuado, a defectos de manufactura, a inadecuada instalación, a problemas geológicos y/o a daños (agujeros) producidos durante el proceso de operación.

18.- También puede darse el caso de que las soluciones utilizadas desborden de los embalses de almacenamiento. Estos escapes causan daños a las plantas y a los animales que tienen contacto con concentraciones letales de la solución de cianuro u otros metales pesados, y representan una amenaza a largo plazo para las aguas subterráneas (freáticas).

19.- Las circunstancias descriptas llevan a que, debido a los graves riesgos que la minería a cielo abierto trae aparejados para la salud, se deban alterar en forma radical las políticas en materia de salud pública implementadas regionalmente, desequilibrando los recursos financieros del estado.

20.- El tiempo útil de explotación de una mina a cielo abierto ronda los 25 a 30 años, transcurridos los cuales la zona afectada queda, usualmente, devastada e irrecuperable para las futuras generaciones.

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